“El sexo no existe”. Sentencia que oyó por primera vez de boca de un anodino cliente cuando ejercía la prostitución. Años después se lo dijo su actual pareja, quien añadió que “El sexo no existe, es lo que hacemos con él”. De esta experiencia, Valérie Tasso extrajo que hablamos y hablamos de sexo. Y que cuando estas dos personas dicen que el sexo no existe, quieren evitar caer en la trampa del discurso normativo del sexo.
Michel Foucault decía que para ocultar el sexo hablamos y hablamos de él. Yo voy más allá. Realmente no hablamos de sexo. Hablamos de este discurso al que me refiero, hablamos de lo que no nos molesta del sexo.
Uno de los muchos tópicos que Valérie desmonta en su libro “Antimanual del Sexo” (Ed. Temas de Hoy) es que antes no se hacía lo de hoy en día.
Todo lo que no se haga con pilas, se ha hecho ya desde la Grecia de Pericles.
De la obsesión por las medidas, concretamente, las del pene, esta antigua prostituta y sexóloga explica que eso sólo sirve para crear angustia.
Hay que saber, además, por qué se mide, para qué y cómo. Cualquier persona con dos dedos de frente sabe que el tamaño no importa.
La pareja puede enfrentarse, con los años, a la monotonía del cuerpo. Para Valérie esto significa no haber entendido el concepto mismo de la pareja.
Amor, sexo y pactos son los que componen una relación. El amor no se puede negociar, el sexo sí.
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