Se despierta 1 hora antes de lo que era habitual en su vida anterior al blog. Hay que preparar el primer post del día. Va pensando en el siguiente mientras desayuna.
De camino al trabajo se pregunta si habrá habido ya algún comentario. Lo comprueba nada más encender el ordenador. Se autocomenta por primera vez en el día. Esta vez ha utilizado su nick habitual. Si fuera necesario, en la recámara guarda un par de nicks para animar el cotarro.
Deja preparado el siguiente post, que va puliendo entre los ratos que le permite el trabajo Y entre los que no le permite, también. Cada media hora consulta el blog. Por un sistema de alarmas se entera al momento de cada comentario pero hay que revisar el número de visitas, de dónde proceden, no se le vaya a escapar alguna sin haberla fichado.
2º post del día que autocomenta esta vez con uno de los nicks más gamberros y a casa. La ventaja de ir en el coche es que además de poder seguir pensando en el blog le permite observar diferentes situaciones que quizá pueda reciclar en el blog. Igual que cuando compra el pan. Como cuando juega con sus hijos en la calle. Hay que estar en alerta permanente: por ahí podía haber pasado un post y no darse cuenta.
Aprovecha al máximo el tiempo libre para documentarse por la red. Hoy va con retraso. Estamos a media tarde y sólo ha posteado 2 veces. Un recurrente vídeo salva los muebles y mientras deja por fin subido el tercer post hace un par de llamadas a un par de amigos que no han hecho un solo comentario en todo el día. ¡Y se llaman amigos!
1 hora de conexión con la realidad: baño y cena a los niños. El cuento que se lo lean ellos. No podemos acabar el día sin postear el cuarto o dejar preparado el primero de mañana. Cuando, de madrugada, se acuesta no cuenta ovejitas. Sueña comentarios e intenta recordar de las cosas más importantes del día le han sucedido en el mundo virtual y cúantas en el real. Dentro de la confusión recurre a varias de sus personalidades múltiples. Al final el trastorno virtual pasa a ser real. Apenas distingue ya un mundo del otro. Ha perdido por completo el rumbo. No tiene identidad propia. En medio de la noche, despierta, y piensa que quiza todo esto sea un buen tema para el primer post del día.
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