Edge of Darkness es una película con una fórmula un poco trillada. Una mezcla de frindge con la revancha del padre a quien matan al hijo. Si bien las películas de Mel Gibson no son malas, esta está de la mitad para abajo.
Tras todo lo que ocurre hay un complot gubernamental y asesinos a sueldo que cubren un trasfondo político que involucra a los más altos niveles del gobierno.
Con tanta cosa podrían haber hecho algo mejor o explotado una bomba nuclear, pero la realidad es que se queda en algunos momentos y la actuación de Mel por momentos se ve “conocida”. Debe ser que ya lo vimos muchas veces.
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