23 de octubre de 2010

Fobias sexuales

fobias sexuales Una fobia es un miedo excesivo, persistente e irracional. Un fóbico sexual es quien evita por completo el sexo o limita ciertas prácticas por temor, dolor u otras cuestiones que considera peligrosas. Hay quienes siquiera pueden hablar de sexo. La erotofobia es uno de los traumas más primarios, que nada tienen que ver con la vergüenza o el pudor. De eso no sólo no se habla, sino que se reprime hasta la palabra.

El hecho de padecer una fobia sexual no significa que no haya atracción, impulso o deseo sexual. En estos casos, el miedo paraliza y quien sufre esta limitación se siente inhibido, bloqueado, incapacitado de concretar el acto. El fóbica sexual desea y teme al mismo tiempo. Y la respuesta más habitual, a modo de defensa, es el escape, el evadir las situaciones de encuentro.

Muchos de los casos de eyaculación precoz, vaginismo o dispaurenia (dolor a la hora de practicar sexo) son consecuencia de este temor. Generalmente, están fundados en experiencias traumáticas previas, creencias y mitos infundados o tan sólo fantasías que paralizan. Así como hay casos extremos de abuso y violación, una inadecuada "educación sexual" también puede ser causa de este temor extremo por el sexo.
Las fobias alcanzan tanto a hombres como a mujeres. Según los especialistas, el número de personas que consultan por este trastorno ha crecido enormemente en los últimos años, así como también ha disminuido considerablemente la edad de quienes llegan al consultorio. Mientras que hace unos años atrás el promedio de pacientes rondaba los 30-40, hoy son los jóvenes de 20 los que piden ayuda.

Por suerte están quienes consultan. Muchos se enquistan en el silencio y el trauma sexual los condiciona de por vida. Así es como existen los "matrimonios no consumados" o quienes, por su aversión, pueden mantenerse vírgenes hasta la muerte. Muchos fóbicos sexuales no logran siquiera masturbarse.
Muchas mujeres tienen miedo a ser penetradas. Y ese pánico se extiende al punto tal que no se animan a consultar a un ginecólogo, ponerse un tampón o permitir el más mínimo roce con su vagina. Este temor al falo (falofobia) es muy común que surja por alguna relación con un hombre que las haya lastimado con su pene o tan sólo por haber escuchado quejas por el estilo.

Los hombres desarrollan miedos acordes a sus genitales y a los viejos mandatos culturales de "hombría y provisión". Están quienes tienen miedo a no satisfacer a su pareja por el tamaño de su pene, ya sea éste extremadamente grande o pequeño. Y si no es por cuestión de centímetros, es la baja autoestima o temor a no responder como ellas esperan (o como ellos creen que ellas esperan).
Están quienes no pueden tener contacto con mujeres bellas. En ellos crece la curva de ansiedad y exigencia. Ni una ni otra, en ningún caso, son buenas consejeras a la hora de gozar en la cama (o donde sea). En materia de "escenarios de placer", hay quienes desarrollan fobias a tener relaciones en algún lugar en especial (lugares cerrados, espejados, vidriados y aparentemente expuestos al exterior, etc). Generalmente, en estos casos, la fobia sexual está asociada a otras fobias (a los lugares cerrados, las alturas, etc).

Sufrir de impotencia o eyaculación precoz sigue en la tabla de los clásicos masculinos de siempre. No siempre alcanza con reemplazar inseguridades con una pastillita azul, desinhibirse con unos tragos o respirar 20 veces antes de entregarse al encuentro sexual que sea. La consulta al profesional, como siempre, es el pasaje más seguro a conquistar el placer.

Las técnicas clínicas y psicoterapéuticas son eficientes, junto, muchas veces, a ciertos psicofármacos que permiten abordar los episodios de fobia, los trastornos obsesivos y los eventuales ataques de pánico. Será clave la alianza establecida entre profesional y consultante; así como, de ser necesaria, la participación de las parejas. No todos los tratamientos son iguales. Cada quien con su "mambo sexual", su diagnóstico y debido tratamiento. Todo pasa. El goce no quiere otra cosa más que ser encontrado.

Diccionario de fobias sexuales:
Agrafobia: miedo al abuso sexual
Erotofobia: miedo a hablar sobre cualquier tema erótico o sexual
Eurotofobia: miedo a los genitales femeninos
Falofobia: miedo al pene
Genofobia: miedo al sexo
Gimnofobia: miedo a la desnudez propia y ajena
Heterofobia: miedo al sexo opuesto
Homofobia: miedo a los homosexuales o a convertirse en homosexual
Itifalofobia: miedo a tener una erección
Medomalacufobia: pánico a perder la erección
Parafobia: miedo a la perversión sexual
Venustrafobia: fobia que tienen los hombres a las mujeres hermosas.

fuente Ohlalá

Quienes la padecen tienen entre 25 y 27 años y cerca de un 30% de ellos están casados, según detalló un especialista a Infobae.com. Dijo que es uno de los más frecuentes trastornos de ansiedad que presenta el ser humano actual

Valeria Chavez (Infobae.com)

Con el objetivo de saber de qué se trata y qué lleva a una persona a desarrollar fobia al sexo, Infobae.com consultó al doctor en Psicología Clínica Gustavo Bustamante, director general de la Fundación Fobia Club.

¿Qué se entiende por fobia sexual?
Partiendo de que una fobia es un temor irracional y desproporcionado ante determinado objeto, animal y/o situación que normalmente no produce ese tipo de respuestas, podemos definir a la fobia sexual como un temor persistente que esta asociado al deseo compulsivo de evitar experiencias o sensaciones sexuales.

Quienes la padecen son conscientes que es un temor irracional, pero no pueden hacer nada para modificar sus pensamientos.

Dentro de la fobia sexual, podemos encontrar personas que no pueden soportar las secreciones u olores genitales, sentir un orgasmo, masturbarse, besar, el embarazo, practicar sexo oral, penetrar o ser penetrados o ser vistos desnudos, es decir toda cuestión que esté relacionada con la vida sexual.

¿Por qué una persona desarrolla fobia sexual? ¿Qué la origina? ¿Hay una situación detonante?
Como cualquier otra fobia, el origen y razón de su adquisición puede ser por información incongruente que lo lleva a tener ideas distorsionadas, por aprendizaje vicario, es decir por escuchar experiencias traumáticas de personas cercanas a su entorno, y por índole traumática como un condicionamiento.

No podríamos decir que hay una situación detonante, salvo en el caso de que sea por una situación traumática vivida por la persona, donde a partir de allí se desarrolla una fobia al sexo. Pero no todas las personas que vivieron una situación traumática luego sí o sí van a desarrollar fobia sexual.

¿Cuánto influye la educación, la familia, los prejuicios?
Es importante destacar que las creencias acerca de la sexualidad son construcciones personales, que a la vez están atravesadas por la cultura en las que están insertas. Las cuales varían permanentemente fomentando el aumento en el nivel de estrés.

El cómo fueron educados para desarrollar una vida sexual, lo que se conversa sobre este tema en el núcleo familiar, el contexto de cómo fueron criados y los prejuicios ante ciertas practicas sexuales influyen y favorecen a adquirir en el futuro fobia al sexo. Si en el hogar desde pequeños escuchan "de sexo no se habla", críticas ante determinadas practicas sexuales, etcétera, etcétera, es decir, se crece considerando al sexo como un tema tabú, evidente que esto hará a la formación de una persona prejuiciosa al mismo.

La sexualidad es una elección, con lo cual podríamos pensar por ejemplo que hay quienes eligen no tener sexo oral, sin esto considerarse como un síntoma de que padezca fobia al sexo.

Deberíamos ver caso por caso el porqué de esas elecciones y si eso influye negativamente en su vida cotidiana.

¿Quiénes la padecen en mayor medida? ¿Los hombres o las mujeres? ¿De qué edades?
No podríamos hablar de mayor prevalencia en género (hombre-mujer) pero por lo general, las personas que padecen de fobia al sexo son jóvenes (promedio entre 25 y 27 años), siendo de acuerdo a nuestros estudios que un 30% aproximadamente están casados.

¿Aparece sola o asociada a otros trastornos? Si es así, ¿con cuáles suele darse?
Cabe destacar que la fobia es uno de los más frecuentes trastornos de ansiedad que presenta el ser humano actual.

Entonces podríamos decir que muchas veces el evitar que lo vean desnudos con su pareja sexual responde a un temor a ser evaluado negativamente, podría pensarse en subtipos de ansiedad social o fobia social.

Los temores a penetrar en algunos casos podrían estar ligados a Trastornos Obsesivos Compulsivos (TOC), por temor a contagiarse alguna enfermedad o a dejar embarazada a su pareja; es importante destacar que en estos casos son personas que tienen miedo a pesar de usar preservativos. En algunos casos extremos llegan a usar varios preservativos a la vez y también lo acompañan de "coitus interruptus".

Ahora pasando específicamente a la relación existente entre trastornos de ansiedad y vida sexual, podríamos decir que:

Las personas que padecen Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG), que son aquellas que están siempre preocupadas por situaciones de la vida cotidiana, y que siempre tienen pensamientos negativos, las cuales sufren de irritabilidad, trastornos de sueño, y malestares digestivos, generalmente también presentan trastornos sexuales.

También los hombres que padecen de TAG pueden sufrir de eyaculación precoz, puesto que la mayoría de los tratamientos para la eyaculación precoz integran elementos para reducir y controlar la ansiedad.

Otros sufren lo que llamamos de "ansiedad por el rendimiento", personas que quieren dejar muy buenas impresiones, que les lleva a tener un rendimiento adverso a sus expectativas.

También, de acuerdo a nuestras consultas, tienen trastornos o problemas sexuales los que padecen de claustrofobia, pacientes que no toleran las sensaciones de ahogo, a pesar de que no sean situaciones de riesgo, que los lleva a evitar todo tipo de posiciones, entrar debajo de frazadas, etcétera.

Otro trastorno que interfiere en la vida sexual de quienes lo padecen es el que sufren aquellas personas que sufren de ataques de pánico, ya que en plena actividad sexual sienten taquicardia, ahogos, esto los asusta, haciéndolos pensar que están frente a un ataque de pánico, por lo que los lleva a tener evitaciones en la actividad sexual.

La sexualidad y la ansiedad podrían ser antagónicas. A decir de un paciente: "para tener sexo tengo que estar relajado y seguro… yo siempre estoy en alerta y ansioso, es obvio que mi sexualidad no es buena".

¿En qué consiste el tratamiento?
El tratamiento para esta fobia generalmente es combinado, es decir psicofarmacológico y psicoterapéutico, y en ocasiones también sexológico.

Psicofarmacológico, en caso lo requiera, como por ejemplo que sea necesario bajar la ansiedad de estas personas.

Psicoterapéutico, para expandir la confianza, superando los miedos, timidez y ansiedad, modificando los pensamientos negativos que afectan las relaciones para lograr la plenitud en la actividad sexual.

Un estudio para poner blanco sobre negro
El propósito de una investigación realizada en la Fundación Fobia Club surge debido a que en las consultas de los pacientes con TOC habitualmente la sexualidad no es un tema de conversación. Es un grupo que no presentan inquietudes manifiestas en el área sexual, siendo que muchas veces tienen ideas de contaminación, temores irracionales respecto al contagio de enfermedades (HIV), ideas obsesivas irracionales de homosexualidad, etcétera.

También nos encontramos con pacientes que no tienen relaciones sexuales, ni se sienten interesados en hablar del tema.

Consideramos que el buen ejercicio de la sexualidad debe estar acompañado de la relajación y de la posibilidad de concentrase en el "aquí y ahora" sin tener otro tipo de pensamiento intrusivo que no esté relacionado con el placer, cuestión que no es tan fácil de frenar en los pacientes con TOC.

Para tal fin se realizo un cuestionario al efecto con preguntas como:
* ¿Cuándo había sido la última vez que tuvieron relaciones sexuales?
* ¿Cómo se cuidan?
* ¿Qué objetos de limpieza necesitan tener cerca de la hora de mantener relaciones sexuales?
* ¿Sobre qué cosas están pendientes antes, durante y después del acto sexual?
* ¿En qué lugares prefieren y cuales evitan?

Los resultados fueron los siguientes
* 73% mantienen relaciones sexuales actualmente.
* 46% piensan en sus ideas obsesivas durante y luego del acto sexual.
* 23% no piensan en ellas.
* 33% tienen comorbilidad con ansiedad social, con lo cual algunas evitaciones o reaseguros, corresponden a este trastorno de ansiedad.
* 60% se cuidan con profilácticos.
* 50% sienten asco o incomodidad al tener relaciones.
* Los objetos más buscados son toalla, jabón y agua mayormente, papel higiénico, espejo (para chequeos y verificaciones) y otros en menor medida.
* La mayoría evitan lugares públicos como hoteles, lugares abiertos o incómodos, por el asco y los riesgos de contacto con diversos objetos que los mismos los obligarían a tener.
* Eligen lugares propios, de cuya higiene puedan estar más seguros, pero no descartan la posibilidad de tener experiencias sexuales en alguno de los lugares antes mencionados, esporádicamente.

fuente infobae

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