5 de octubre de 2010

Wall Street 2 – Gordon Gekko descargar

gordon gekko Dos de las oportunidades más gloriosas en que el cine ha sido testigo de la transformación de un villano en héroe les corresponden a superproducciones con licencias para todo. En El regreso del Jedi, el maligno Darth Vader se colocó del lado de su hijo Luke Skywalker y murió por salvar la causa de los rebeldes que luchaban contra el Imperio. En Terminator II, Arnold Schwarzenegger interpretó al mismo robot de la primera parte, pero reprogramado de tal forma que en esta oportunidad su inteligencia artificial le indicaba que protegiera a Sarah Connor y a su hijo John, sus ex víctimas. DESCARGAR

En el terreno de la realidad ordinaria y pedestre se hace más difícil que alguien infinitamente egoísta y malvado se transforme en el bueno de la película. En América X, y gracias sobre todo a que es un buen actor, Edward Norton fue verídico como un predicador de la bondad después de pasar una temporada en la cárcel por liquidar a un negro a patadas contra la acera de la calle. Al ex neonazi, las rejas le vinieron bien como purgante de sus taras morales de la misma forma que en la nueva película de Oliver Stone el viejo y desgastado Gordon Gekko de Wall Street (1987) ve el mundo con otro cristal.

wall street 2 el dinero nunca duerme 2010 Sólo un realizador con los contactos y el poder de persuasión de Stone es capaz de convencer a los grandes estudios para que el personaje cuya máxima era "la codicia es buena", ahora predique más o menos lo contrario. La ecuación suena como dispararse en el pie y el riesgo de que nadie se crea al Gekko amable es similar a que alguien comulgue con un Superman misántropo.

A pesar de estos peligros, el director se ha salido con la suya, al orquestar una trama de lazos filiales rotos, capaces de hacer reconsiderar sus objetivos hasta al mismísimo Gekko. Después de todo, en El regreso del Jedi, George Lucas hizo que Lord Vader se olvidara de sus planes maquiavélicos para estar junto a su hijo. En Wall Street 2: El dinero nunca duerme, Gekko es capaz de ahuyentar su sed de poder financiero con tan sólo ver la sonrisa de su hija, una muchacha que lo odia sólo por ser un ex pez gordo de la Bolsa neoyorquina.

 

Apoyada por Wall Street

En la historia del cine todo se repite una y otra vez, y la anécdota del director que recibe el apoyo de los mismos que antes le negaron la sal y el agua es clásica. A Francis Ford Coppola le pasó con los militares estadounidenses: para Apocalipsis ahora no le prestaron ni una bala, mientras que 10 años después tuvo todo el apoyo logístico y monetario posible para Jardines de piedra. El detalle, el "pequeño" detalle que hacía la diferencia, era que en Apocalipsis ahora los marines estaban locos y en Jardines de piedra se celebraba el heroísmo de quienes morían con las botas puestas en Vietnam.

A Oliver Stone le pasó algo parecido con sus dos partes de Wall Street. La primera película, de 1987, fue recibida como un alegato sobre los vicios del capitalismo menos escrupuloso. La secuela, en cambio, contó con la asesoría directa de Jim Chanos, millonario y presidente de la forma de inversiones Kynikos Associates. Este hombre, famoso por predecir el colapso de la compañía energética Enron, fue vital a la hora de enrielar el guión del filme.

Wall Street 2: el dinero nunca muere, que se estrena este jueves en el país, es más bien un apoyo a la labor de los trabajólicos hombres de la Bolsa, donde incluso se permite la existencia de un muchacho idealista como Jacob Moore. Este personaje pretende darle impulso a un nuevo tipo de empresas con energía renovable (solar, geotérmica, etc.).

Pero Moore (Shia LaBeouf) tiene más cartas que jugar en esta historia sobre la redención de un ex villano. Su prometida es Winnie Gekko (Carey Mulligan), la hija rebelde de Gordon Gekko (Michael Douglas). Winnie aloja un resentimiento de contornos trágicos hacia su padre, quien, según la lógica de la muchacha, jamás prestó demasiada atención a su hermano mayor, un drogadicto que terminó suicidándose. Winnie, además, es de izquierda y trabaja en un sitio con noticias de trinchera. La joven será entonces el talón de Aquiles de Gordon Gekko, quien, recordemos nuevamente, dijo en la cinta del 87: "La codicia es buena".

Wall Street 2 Money Never Sleeps, el dinero nunca duerme

Un hombre de familia

Considerada una de las mejores películas de Oliver Stone, Wall Street (1987) tuvo el acierto de sintonizar con toda la generación yuppie que en los años 80 se abría el paso con la camisa arremangada y los suspensores impecables en los mercados financieros del mundo. Contra su propia voluntad, Stone y sus guionistas elaboraron un villano que operaba como espejo de la realidad.

En los 80, no era el muchacho con principios interpretado por Charlie Sheen quien modelaba los gustos en las escuelas de Comercio en Estados Unidos. Tal privilegio le correspondía a Gekko y su hambre de dinero, importando poco que al final del filme terminara en la cárcel por malas prácticas financieras. Aún hoy, Gordon Gekko es el carácter más recordado de la cinta y la prueba más fehaciente es el lugar que Douglas y Sheen tienen en la secuela: el primero es el protagonista, el segundo tiene un cameo.

Han pasado 23 años (el filme inicial transcurría en 1985 y la continuación es en el 2008, ad portas de la crisis) y Gekko ya está fuera de prisión. Se dedica a dar charlas en universidades (donde sigue siendo un gurú) y a escribir libros donde predice el inminente desastre monetario.

En una de estas charlas conoce a Jacob y juntos llegan a un acuerdo: si él chico le ayuda a restablecer lazos con su hija Winnie, él le prestará toda su ayuda para hundir a quien es el verdadero villano de esta película. Tal personaje resulta ser lo más fascinante de Wall Street 2 en la medida que es tan egoísta y arrogante como el viejo Gekko de los 80. Su nombre es Bretton James (Josh Brolin), un tiburón de la Bolsa acostumbrado a devorar todo lo que se le cruce y cuya última víctima fue un honrado inversor y, de paso, mentor del idealista Jacob.

Como se ve, el nuevo Gekko tiene más debilidad por los lazos filiales y los años le pesan ("lo más importante para mí ya no es el dinero, sino el tiempo") y en ese sentido se podría emparentar con un mafioso italoamericano que buscar lavar sus pecados laborales teniendo la conciencia de ser un buen padre de familia.

Gekko ha tocado fondo, ha estado en prisión y tiene una hija con la que reconciliarse antes de seguir gastando tiempo. Según su propio credo, ahora las horas de vida son más que los dólares.

Nota relacionada: Gordon Gekko en Wall Street: La Codicia es Buena - Descargar

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