Hace 30 años, saliendo del colegio, vi una muchedumbre en la plaza de mayo vitoreando a un energúmeno borracho megalómano que se asomaba en la casa rosada en un acto populista cuando el 2 de Abril de 1982 la Argentina le declara la guerra a Gran Bretaña al tomar por la fuerza las islas Malvinas.
Claro está que esa muchedumbre no puede ser otra cosa que una masa ignorante de individuos para ser capaz de cantar a coro el nombre de Galtieri que -cual Juan Domingo- salía al “balcón”. Todo bajo una falsa concepción de nacionalismo inculcada durante la época de la dictadura militar.
No le cabía duda a ninguna persona razonable, que no era manera invadir un territorio con fuerzas militares y menos aún, declarar la guerra a la NATO.
Nuestra triste Argentina ha puesto a prueba a la tolerancia y paciencia del mundo civilizado desde la época de Perón. Expropiando bienes, teniendo la guerrilla instalada, haciendo golpes militares, siendo los campeones mundiales de la hiperinflación, echando un presidente con disturbios sociales, confiscando depósitos en dólares, “pesificando” asimétricamente deudas en dólares, declarando el dafault a la deuda externa y ahora desconociendo tratados de comercio internacionales y expropiando Repsol-YPF.
Todo lo anteriormente enumerado, puntos claves para que la confianza de cualquier inversor sea NULA.
Es así que si estamos de acuerdo conque todos los países desarrollados tienen inversiones del extranjero de compañías multinacionales y que sin inversión no hay crecimiento… entonces estamos destinados al fracaso.
Se han intentado en varias oportunidades en el mundo modelos de aislamiento económico pero nunca funcionaron. En todos los casos ha sido llevado adelante por líderes desconectados con la realidad que fanáticamente han llevado a sus países a la más profunda ruina. El estado de la Florida está llena de venezolanos y cubanos y no se de nadie que se quiera mudar a esos países.
En esta oportunidad me siento como cuando era joven y salía del colegio y vi a la gente en la plaza. Lo que veo hoy es una horda de ignorantes con un sentido pseudo-nacionalista que engañados y deslumbrados fácilmente por el gobierno creen que vamos a recuperar las Malvinas hacer funcionar una empresa estatizándola. Probado está en nuestra historia que los políticos no son empresarios y que las empresas del estado funcionan mal dado que el estado no debe administrar empresas sino regular la actividad económica. Finalmente pagamos esa inoperancia los que pagamos impuestos – no solo con el dinero, sino penando los servicios mal dados.
Lejos de lograr el autoavastecimiento AHORA tan preciado -después de una década de ignorar inversión y política energética- vamos a volver a lo que todos los argentinos con algunos años conocen: UNA EMPRESA ESTATAL INEFICIENTE, CORRUPTA Y DEFICITARIA. Aerolíneas es el ejemplo más reciente y las telefónicas son las más sonadas. Hay quienes no saben cómo era ENTEL, pero muy posiblemente si no se hubieran privatizado las telecomunicaciones, hoy no habrían celulares en la Argentina.
Así como en mi juventud no me dejé llevar por la euforia de la plaza y me invadió un estremecimiento al pensar en las consecuencias de lo que habíamos hecho al invadir las Malvinas, hoy tampoco me caben dudas de que estamos viviendo otro momento histórico donde los gobernantes de mi querido país están terminando de venezolanizar la política con el único objetivo de llenarse los bolsillo más aún insaciablemente después de haberlo hecho por casi 10 años.
Escribo esto desde la desolación, la tristeza y la desesperanza. Todas las voces que escucho dicen que no tenemos remedio, que no hay vuelta atrás. ¿Será así?
Tan real como la vida misma, tú texto esta lleno de lucidez, donde la pasión se asienta en la cordura.
ResponderEliminarun saludo
Bien claro lo dejas sin duda.
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