WEST LAFAYETTE, Ind. - Barbara Golden
La estructura cristalina de una molécula de un hongo primitivo sirvió como una máquina del tiempo para mostrar a los investigadores más sobre la evolución de la vida de lo simple a lo complejo.
Mediante el estudio tridimensional de la proteíina del hongo seguramente una molécula de ARN, científicos de la Universidad de Purdue y de la Universidad de Texas en Austin, pudieron visualizar cómo la vida progresó desde el estado primitivo de auto réplica molecular hasta que las proteínas aumían parte del trabajo.
"Ahora podemos ver cómo el ARN progresa y comparte funciones con proteínas" dice Alan Lambowitz, director de la University of Texas Institute for Cellular and Molecular Biology. "Esto era un crítico paso perdido."
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