(PD / EFE).- El icono de acción estadounidense es también un héroe también en Birmania. Rambo IV, basada en la infiltración del famoso soldado de ficción en ese país, se ha convertido en la película más buscada por los activistas demócratas que sueñan con ver cómo Stallone mata a soldados birmanos, sobre todo después del asesinato la semana pasada del líder de los rebeldes karen, Pado Manh Shade.
Prohibida por la autoridades del país, la película retrata a los soldados birmanos como militares sádicos y depravados que persiguen a la minoría étnica karen, que a su vez es ayudada por los misioneros cristianos.
La policía birmana ha amenazado a los propietarios de comercios de DVD falsos con penas de hasta siete años de cárcel si comercializan Rambo IV.
Birmania (actualmente Myanmar) está gobernada por los militares desde 1962 y no celebra elecciones desde 1990, cuando el partido oficial perdió estrepitosamente ante la coalición opositora encabezada por la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, en unos comicios cuyos resultados jamás fueron reconocidos por los generales.
En los últimos meses, decenas de personas han muerto y unas 40.000 han sido desplazadas por la última ofensiva del Ejército contra la Unión Nacional Karen, considerada la guerrilla de mayor capacidad militar del país, con unos 5.000 combatientes.
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