En la Edad Media, la arroba se usaba como una abreviatura de la preposición “ad” (en). Una arroba equivale a la cuarta parte de un quintal y procede del árabe rubg (‘cuarta parte’).
Su origen está en una ligadura, primero caligráfica y luego tipográfica, que representaba en la tradición paleográfica anglosajona a la preposición latina ad o, según otras fuentes, la conjunción at; en las diversas variedades de la escritura gótica cursiva castellana, y especialmente en la llamada escritura procesal representa al digrafo an.
En los primeros sistemas de correo electrónico @ se utilizó por varios motivos: porque era un signo muy reconocible, porque ya se usaba en la informática y porque estaba en los conjuntos básicos de caracteres.
Así “fulano@acme.com” se lee “Fulano en la compañía acme” en inglés "Fulano at acme".
La primera representación escrita de la arroba apareció en una carta enviada por un mercader italiano en el año 1536, desde Sevilla a Roma; en la carta se describe la llegada de tres barcos cargados con tesoros provenientes de América: «Así una @ de vino, que es 1/13 de un barril, vale 70 u 80 ducados...».
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