Un equipo germano-checo publica que cuando descansan, las vacas, los corzos y los ciervos se orientan preferencialmente en el sentido del campo magnético terrestre. Pureba de esto, las imágenes de Google Earth
Sabine Begall, un biólogo alemán de la Universidad Essen-Duisberg y cuatro colegas (alemanes y checos) que han pasado mucho tiempo interesándose por la orientación de las vacas, pero también por los corzos y los ciervos. Estos dos últimos mamíferos se han observado in situ, en la República Checa, y las vacas en Google Earth.
Sus resultados, inesperados e inexplicables, acaban publicarse en Pnas (Proceedings of the National Academy of Sciences), una revista científica americana. Según su estudio, 8.510 vacas, observados in situ 308, y 2.974 ciervos o corzos (vistos en 241 lugares diferentes), los animales se orientarían más a menudo hacia el norte o el sur que hacia otras direcciones. Más concretamente, la preferencia se señalaría con relación al norte magnético y no geográfico.
Los autores probaron hipótesis alternativas. Excluyen por ejemplo lo más probable, que era que los animales se colocaran con relación al viento, para evitar enfriarse o, al contrario, para refrescarse. Las observaciones en el terreno (las que no se refieren a las vacas) no muestran ninguna correlación, tanto más que se han observado sobre todo corzos y ciervos en el bosque, donde el viento es escaso. Para el ganado, una orientación con relación al viento no conduciría, analizan a los investigadores, a un eje norte-sur preferencial.
Los mamíferos podrían también pretender presentar un lado al sol, lo que podría explicar que se colocan más a menudo hacia el norte o hacia el sur. Pero las observaciones en altas latitudes, donde la declinación magnética es fuerte, contradicen esta hipótesis. Si fuera cierta, los animales deberían orientarse con relación al norte geográfico y no al norte magnético, como las observaciones parecen demostrar.
Resultados de las orientaciones observadas para las vacas, el corzo (b) y el ciervo. Las líneas negras dan la orientación media y los triángulos las medias observadas en distintas regiones del mundo. © Sabine Begal
Además de esta observación que nunca había sido informada por ningún ganadero durante los dos últimos milenios y los mecanismos implicados son completamente misteriosos, tanto como el interés que pueda tener el animal en colocarse con esa orientación, no ha sido posible poner de relieve una percepción del campo magnético en los grandes mamíferos. Los únicos casos conocidos en este grupo se refieren roedores y murciélagso.
Pero los investigadores hacen hincapié en el hecho de que alinearse con relación a las líneas de un campo magnético no implica una percepción consciente. Mecanismos secundarios, afectados por el magnetismo ambientel, podrían conducir a comportamientos particulares.
Los autores aportan un resultado antiguo (1987) según el cual, en el Hombre, el plazo al final del cual ocurre el primer sueño paradójico (una fase siempre presente) es corriente que las personas duerman en el sentido este-oeste que en el sentido norte-sur. Otro estudio (en 1993) mostraba diferencias en el electroencefalograma.
Puramente de observación, estos resultados no aportan ninguna prueba de la realidad del fenómeno pero tienen el mérito de abrir un debate y de suscitar algunas experiencias. Bastaría con someter a las vacas a un elevado campo magnético para comprobar si se colocan de manera distinta.
La revista Nature informa de que según Sabine Begall se alinearían las vacas de diferente manera bajo los cables de alta tensión, que producen precisamente un campo magnético, pero este detalle instructivo no figura en la publicación del Pnas.
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