El último libro de Dan Brown – The Lost Symbol – vendió más en Amazon en su versión electrónica que en papel. Bien para los ecologistas, pero también nos enfrentamos a que en el próximo futuro, los que hoy son niños, verán un libro impreso como algo extraño.
Está clarísimo que poco a poco los tiempos irán modificándose y si bien soy un ferviente defensor de los libros físicos simplemente por el cariño que les tengo, también sé que esta tecnología no sólo es más barata (el libro cuesta US$16,7 mientras que el digital US$9,99) y cómoda (las largas filas en las librerías dejarán de existir y la transferencia del libro a través de WiFi durará segundos), sino también que, si se fabrica correctamente, es beneficiosa para la ecología.
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