Ali Sibat, presentador de televisión de procedencia libanesa, no pudo completar su peregrinaje por la ciudad de Medina, Arabia Saudí. Allí lo estaba esperando la policía religiosa del país quienes le explicaron que estaba detenido por “brujería”.
El hecho de aventurar qué nos deparará el futuro ha sido motivo suficiente para encarcelar al presentador, negarle un abogado y condenarle a muerte, según Human Rights Watch .
De interés
Sentencia a muerte por brujería
La severidad de la condena ha sorprendido a propios y extraños. Y más cuando el castigo de un caso anterior fue reducido a unos aceptables 20 meses de prisión y 300 suaves latigazos. Pero claro, en ese caso se pudo demostrar que el extraño libro de brujería escrito en un demoníaco lenguaje no era más que una agenda telefónica escrita en el alfabeto tigriña, usado en Eritrea. En el caso de Sibat difícil va a ser demostrar que todo era cosa de la televisión y de conjeturas.
No sabemos como terminará la cosa (esperemos que bien y que el que suscribe no tenga que lamentar poner esta noticia como “friki”). Sólo podemos decir que hay demasiado integrista susceptible y que la Edad Oscura terminó hace mucho.
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