Si bien parece algo sencillo, cuando el agua hierve ocurren cosas que no son TAN intuitivas. Cuando se pone el agua a hervir, empiezan a aparecer remolinos provocados por diferencia de densidad del agua al expandirse al calentarse.
El agua de abajo –en contacto con la olla y el calor- tiene mayor temperatura que la de arriba y se generan corrientes ascendentes donde la luz se refracta.
En el fondo de la olla, se forman burbujas las cuales no indican que esta por bullir, sino que se trata de aire disuelto en el agua que, al calentar el agua, empiezan a salir hacia la superficie. Si tomáramos este agua, le sentiríamos un gusto extraño e insípido. Si agitáramos el agua dentro de un frasco, el aire se volvería a disolver y el gusto a agua común volvería.
¿Cómo hierve el agua en la olla?
Las burbujas desaparecen y empieza a aparecer otro tipo de burbujas que salen del fondo y no llegan a la superficie. Esto aparece acompañado con algunos ruiditos y es síntoma claro de que empezó la ebullición. Estas burbujas de vapor de agua no llegan a la superficie ya que el agua de arriba enfría las burbujas de vapor y estas se condensan nuevamente en agua líquida. Mientras la temperatura sube, esas burbujas aumentan y salen con mayor fuerza hacia la superficie.
Cuando toda el agua llega al punto de ebullición, las burbujas salen hasta la superficie y se ve un vapor el cual no es vapor de agua –ya que es invisible- sino pequeñas partículas de agua líquida condensándose.
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