Se trata del "mayor descubrimiento" arqueológico desde el Hombre de Pekín con 400.000 años.
Pekín. (EUROPA PRESS).- Las autoridades chinas anunciaron el descubrimiento de parte de un cráneo fósil de 100.000 años de antigüedad en la provincia central de Henan, en lo que calificaron como el mayor descubrimiento arqueológico del país desde que hallara, a principios del siglo pasado, los restos del llamado Hombre de Pekín, posteriormente perdidos durante la guerra contra Japón.
Según informa hoy el diario oficial 'China Daily', el descubrimiento se realizó el mes pasado, y el cráneo --según muestra la imagen oficial facilitada, una quincena de fragmentos, que se corresponderían con la bóveda craneal aunque también incluye la zona de la frente y del arco cilial-- presenta en su interior restos de una membrana que permitirá a los científicos investigar el tejido nervioso de nuestros ancestros del Paleolítico.
El cráneo logró fosilizarse gracias a la cercanía con el nacimiento de un manantial natural, cuya agua recubrió y calcificó el hueso. "Es el mayor hallazgo en China tras el Hombre de Beijing (...), y arrojará luz sobre un periodo crítico en la evolución humana", declaró el director de la Administración Estatal de Patrimonio Cultural, Shan Jixiang.
Los arqueólogos han pronosticado "más descubrimientos de importancia", ya que, aunque llevan dos años de excavaciones en el yacimiento paleolítico de Xuchang, sólo han cubierto una quinta parte de los 100 metros cuadrados por los que se extiende. En la zona, según 'China Daily', se han encontrado hasta la fecha restos de más de 30.000 fósiles animales y restos de instrumentos de piedra o hueso.
Henan, considerada como la cuna de la cultura china, a pesar de que actualmente no conserva muchos restos de su antiguo esplendor y es una de las provincias más deprimidas del país, se ha convertido en uno de los grandes centros de investigación arqueológica de China.
Los expertos del país, avalados por el Gobierno, han defendido una línea de estudio apartada de las teorías imperantes en el resto del círculo académico y apuestan por una evolución "policéntrica" y por tanto independiente de los primeros pobladores africanos, que vendría a justificar la unicidad cultural, e incluso biológica, de los chinos.
Otros reconocen el primer origen africano, pero afirman que la evolución multi-regional se produjo en un estadio inicial. El Hombre de Beijing (en realidad, un conjunto de varios cráneos y esqueletos de unos 400.000 años de antigüedad), se convirtió en el padre simbólico de esta gran nación china.
Al tratarse de estudios realizados sin participación extranjeros, sin embargo, desde el exterior se cuestiona la validez de los métodos y hasta los resultados de algunos de los estudios.
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