EFE | Washington - Un equipo de científicos estadounidenses ha descubierto una proteína que detiene el crecimiento del melanoma, un cáncer que se origina en las células de la piel, según ha revela un estudio publicado en la revista Cell.
Según el oncólogo Michael Green, del HHMI, el agente también podría utilizarse para otros tipos de cáncer cuya característica principal sea la mutación del oncogen conocido como BRAF. "Este es un mecanismo natural mediante el cual las células tratan de impedir el cáncer", ha manifestado Green.
Los investigadores del Instituto Médico Howard Hughes (HHMI) de Estados Unidos sugieren que si el agente anticancerígeno natural, llamado IGFP7, pudiera producirse y aplicarse se crearía una quimioterapia contra el melanoma metastásico, un cáncer letal para el cual no existe un tratamiento eficaz.
Según cifras de la Sociedad del Cáncer de Estados Unidos, sólo en este país, 60.000 personas desarrollaron el año pasado ese cáncer y más de 8.000 murieron como resultado de la enfermedad.
Estudiando lunares y melanomas.
Green y otros científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts hicieron el descubrimiento cuando trataban de establecer la diferencia entre los melanomas y los lunares. Generalmente, los lunares y el melanoma tienen la misma mutación genética y siempre ha sido un misterio el esquema biológico que los diferencia.
Según indican los científicos en su informe, el estudio puso al descubierto que la proteína regula la "decisión" de las células tumorales del melanoma (melanocitos) de combatir el cáncer. El melanoma es causado por la proliferación descontrolada de esos melanocitos, cuyo pigmento protege la piel de los rayos ultravioleta del sol. Los lunares también tienen su origen en un crecimiento anormal de ese tipo de células.
En los experimentos, los científicos aplicaron IGFP7 recombinado a un cultivo de células humanas de melanoma. La proteína tenía el mismo código genético de la versión humana pero fue producida con células modificadas de insectos. Las células del melanoma tratadas con IGFP7 se autoeliminaron (apóptosis), indicó el informe.
Los investigadores también inyectaron la proteína en el flujo sanguíneo de ratones a los cuales se habían injertado tumores de melanoma humanos. En ese caso IGFP7 entró en las células y detuvo su crecimiento.
Importante instrumento contra el cáncer.
Según los científicos, el descubrimiento es importante para los tratamientos clínicos. Si se detecta temprano, el melanoma puede ser extirpado quirúrgicamente pero en casos avanzados no existe tratamiento.
Green ha señalado que la capacidad de IGFP7 para atacar los tumores del melanoma puede convertirlo en un importante instrumento en la terapia contra el cáncer. "Estamos muy entusiasmados ante la perspectiva de poder poner a prueba este avance en el tratamiento del melanoma", ha asegurado el científico.
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