Unico faro romano en el mundo que aún funciona. Cada 20 minutos un grupo de 4 destellos alcanzan las 23 millas océano adentro.
La torre, que se ha convertido quizá en el emblema principal de A Coruña, bien merece una visita. Serpentear por sus escaleras (sólo para aquellos que se consideren en forma, que son 242 peldaños) tiene una bella recompensa final a modo de panorámica espectacular sobre el océano.
Aquí es donde la ciudad gallega adquiere en toda su grandeza el apelativo de Balcón del Atlántico. La altura del antiguo faro romano era de unos 35 metros, a lo que hay que sumarle un añadido realizado en 1791 que supone una altura total de unos 56 metros.
Este entorno también juega a favor de la candidatura: un parque litoral de reciente creación, que recibe el nombre de “El jardín de Hércules” o "Parque Celta" y que ofrece unos paseos excelentes.
Es un parque escultórico de 47 hectáreas que conforman un museo de arte contemporáneo al aire libre.
Ayer la candidatura de la torre recibió un apoyo simbólico de parte de otros muchos faros en forma de encendido simultáneo de señales acústicas y luminosas entre las 12 del mediodía y las 12:30. A mí también me parece que sería un buen elemento para sumarse a los Patrimonios de la Humanidad españoles.
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