La famosa Loba amamantando a los gemelos Rómulo y Remo realizada en bronce que se exhibe en los Museos Capitolinos de Roma, fue esculpida en la Edad Media y no en el Siglo V antes de Cristo, como se creía desde hace más de doscientos años.
Las pruebas del carbono 14 efectuadas en la Universidad de Salento (sur) han revelado que la obra fue realizada alrededor del siglo XIII después de Cristo, según desveló hoy el arqueólogo Adriano La Regina, ex responsable de Cultura del Consistorio romano, en un artículo publicado en el diario “La Repubblica”. Esto no es algo nuevo. Desde hace años, expertos como Ana María Carruba, quién se ocupó de la restauración de la estatua entre 1997 y 2000, ya sostenían esta teoría.
Para la arqueóloga, la estatua fue fundida a través de cera persa concentrada en un sólo chorro, práctica que se solía realizar durante el Medievo. Además, argumentaba que la pieza no tenía ninguna marca ni señal propia de los bronces de la antigüedad.
Esto desmonta la creencia, que ha cobrado más fuerza a lo largo de los años y que se ha considerado como cierta, de que la estatua tiene un origen clásico tal y como estableció el filósofo e historiador alemán Johann Joachim Winckelmann, quién es considerado el fundador de la historia del arte y de la arqueología. Como prueba argumentaba que en la estatua existían algunas características propias de los períodos anteriores a la Edad Media, como la representación achatada de los rizos y las mechas de pelaje de la loba.
Las pruebas científicas tuvieron lugar en febrero de 2007 y los resultados ya se conocían en octubre, pero los responsables municipales decidieron no hacer públicos los datos.
Los gemelos Rómulo y Remo eran, según la leyenda, hijos del dios Marte y de Rea Silvia, hija del rey Amulio, y fueron abandonados en el río Tíber por orden del rey, ya que su madre había incumplido el voto de virginidad al que estaba obligada como sacerdotisa de Vesta.
Así, los hermanos fueron luego recogidos por la loba Luperca y cuando crecieron fundaron Roma.
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