La toma de decisiones es algo cotidiano. Por este motivo son fundamentales unos buenos principios de toma de decisiones para tener éxito en cualquier ámbito de nuestra vida: personal, familiar, profesional, etc.
Iceberg a la vista: Principios para tomar decisiones sin hundirse es el título de un libro de difusión publicado hace ya un par de años por Miguel Ángel Ariño y Pablo Maella, ambos profesores del IESE. Tomando como hilo conductor la historia del Titanic e ilustrándonos con varias decenas de ejemplos y consejos, los autores nos guían por perennes principios de toma de decisiones muy ligados a sesgos cognitivos en los que es fácil que uno caiga.
Recomiendo su lectura por ser una obra entretenida, ligera y fácil de digerir en tiempos muertos, al tiempo que es muy instructiva y, sobretodo, evoca a la reflexión e introspección personal a lo largo de sus 126 páginas.
A continuación, voy a resumir los 10 principios de toma de decisiones que se mencionan en el libro, aunque es fundamental la lectura del mismo si queremos comprenderlos verdaderamente en su plenitud:
- Preócupate por decidir bien más que por acertar. Si no decidimos activamente ni somos conscientes del proceso de toma de decisiones, difícilmente mejoraremos con el tiempo. No somos responsables de los resultados de nuestras decisiones, si no de cómo las tomamos.
- Identifica claramente tus objetivos. Reflexiona sobre cuales son realmente tus objetivos primarios y sé ambicioso si lo que buscas son resultados con impacto. Es fácil embelesarse con objetivos secundarios o ser excesivamente conformista con los resultados buscados.
- Plantea tus problemas de forma realista. Céntrate en los hechos y no en las opiniones o juicios de valor. No te centres en buscar culpables o en incluir la solución en el enunciado de los problemas, ya que estarás limitando tus alternativas y, en consecuencia, tu capacidad de decidir.
- No te autoengañes, es muy fácil hacerlo. La "huida hacia adelante" es un mecanismo subsconciente natural, así como buscar pretextos para justificar las decisiones erróneas. El enemigo muchas veces está en casa. Lucha contra tu propio autoengaño.
- Atiende sólo a la información relevante. ¿Para qué quieres recabar miles de datos si estos no son significativos o su coste no compensa el valor que pueden aportar? ¿Tiendes a desestimar o minusvalorar información relevante porque es contraria a tus intereses?
- Reconoce la incertidumbre y gestiónala. Tal y como se dice en el libro. "mantener el escepticismo sobre las propias suposiciones nos permite en todo momento replantearnos una situación y tomar mejores decisiones". Además, hay que tener en cuenta que toda decisión implica asumir riesgos.
- Sé creativo y genera alternativas. Si tenemos sólo una única idea, estamos en grave peligro. Para decir bien es conveniente generar un buen número de alternativas y, para ello, es recomendable saber distinguir bien entre las fases de 'generación de alternativas' y 'evaluación de alternativas'.
- Ten en cuenta que tus decisiones tienen consecuencias, no sólo sobre el problema, también sobre ti mismo y los demás. Tenlo siempre en cuenta, así como los potenciales resultados negativos de llevar a cabo una decisión en estos tres ámitos. Mantén siempre el horizonte en el largo plazo.
- Lo que decidas ponlo en práctica. De nada sirve la reflexión si no viene acompañada por la acción. Si no hacemos lo que decidimos o no prestamos atención a cómo se ejecuta nuestra decisión, de poco habrá servido decidirnos por la alternativa más adecuada.
- Sé consciente de que no todo es racionalidad. El ser humano no es unidimensional. Entre otras, hay que tener en cuenta también la vertiente emocional. Por otra parte, el papel de la intuición es clave en las decisiones que se tienen que tomar con celeridad, aunque realmente sólo es valiosa si existe suficiente preparación previa en toma de decisiones.
Fuente http://www.re-inventa.com/iceberg-a-la-vista-principios-para-tomar-decisiones/
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