Si bien este dato suena bastante extraño, así lo recomienda el psiquiatra Thomas Wehr del Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos: según algunas investigaciones tomar una ducha fría por un tiempo de entre dos a tres minutos es de gran ayuda para contrarrestar cuadros de depresión o de desgano y falta de energías.
Se recomienda tomar estas duchas entre dos a tres veces por día, con unos cinco minutos previos de descenso gradual de la temperatura del agua.
Aunque suene un tanto “escalofriante” –más aún en invierno- esta idea de las duchas frías está relacionada con la homeopatía: en la cual pequeñas dosis de lo “dañino” promueve el proceso de curación al estimular el sistema de reparación del organismo.
Sin embargo, y como casi todo, esto no es totalmente novedoso: la medicina tradicional china ya recomendaba desde siglos atrás baños de agua fría para levantar el estado anímico.
De cualquier modo, si padeces de problemas del corazón, procura consultar con tu médico antes.
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