Ha bastado un paso de la Messenger sobre Mercurio para poner patas arriba nuestras ideas sobre el planeta.
Ha bastado un paso de la Messenger sobre Mercurio para poner patas arriba nuestras ideas sobre el planeta. No se parece a la Luna, está salpicado de inmensas estrías y por antiguos volcanes, si dejamos volar nuestra imaginación, podemos ver incluso una araña gigante que se encoge como una vieja manzana a punto de secarse.
Después del sobrevuelo de Mercurio por la sonda Messenger el 14 de enero, la NASA acaba de presentar el primer balance. Lo menos que se puede decir es que los astrónomos tienen trabajo para rato porque las 1.213 imágenes capturadas, plantean más preguntas que aportar respuestas (algo que por otra parte, adoran los científicos).
Primera comprobación: el relieve es mucho más pronunciado que lo que se esperaba. La idea era que Mercurio se parecía mucho a la Luna, al formar los cráteres las estructura esenciales. Pero los ojos de Messenger vieron acantilados y formaciones rocosas muy variadas. Manifiestamente, muchos son de origen volcánico. El pequeño planeta (la mitad del diámetro de Marte) conoció en el pasado una poderosa actividad geológica. Podemos también observar colores, el azul y el rojo concretamente, cuyo origen tardaremos en descubrir.
Por todas partes sobre la superficie, los instrumentos de Messenger pusieron en evidencia largas estrías, formadas por cañones profundos. Estas grietas de la superficie provendrían del estrechamiento del planeta. Al enfriarse, Mercurio ve reducir su volumen y su corteza se arruga y rompe.
La más grande de las sorpresas se camuflaba en el hueco de la enorme cuenca Caloris, conocida desde el Mariner 10 (que sobrevoló el planeta en 1975). Este cráter inmenso, el más vasto de Mercurio, ha sido cavado por un asteroide de gran tamaño que probablemente perforó la corteza del planeta. Messenger demostró que era mayor de lo que se pensaba: 1.550 kilómetros de diámetro en lugar de los 1.300 estimados hasta la pasada semana. Más o menos en su centro, los astrónomos descubrieron una estructura de lo más extraña inmediatamente bautizada como araña.
La cámara de ángulo estrecho del visor MDIS fotografió esta extraña estructura. Irradiando alrededor de un cráter de cerca de 40 kilómetros de diámetro, los surcos se extienden a lo largo de más de cien kilómetros. Los acantilados que bordearían el cráter central podrían ser debidos a estructuras preexistentes. Los rayos (radios), podrían provenir del material que llenaría Caloris, y que sería expulsado por el impacto.
© NASA/Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory/Carnegie Institution of Washington
(pulsar sobre la imagen para ampliarla)
Misterios que hay que resolver
Alrededor de un cráter de cerca de 40 kilómetros de diámetro, de abruptas paredes, se extienden curiosos surcos de un centenar de kilómetros de longitud. Palabra de astrónomo que jamás se había visto formación igual en todo el sistema solar. He aquí un bello enigma que hay que resolver.
Otro concierne al color del fondo de Caloris, más claro que los alrededores, un inverso contraste con lo que se observa sobre la Luna. Es posible que el impacto, muy poderoso, hubiera levantado a la superficie material proveniente de capas profundas de Mercurio. O bien alguna actividad volcánica pudo luego, recubrir el interior del cráter.
El campo magnético también es objeto de estudio de la sonda Messenger. Por el momento, los investigadores no han tenido sorpresas por este lado: nada parece haber cambiado desde hace treinta años. Pero la misión de la NASA debe ayudar a comprender el origen de este campo magnético, siempre desconocido.
La inmensa cuenca Caloris (círculo azul) es aún mayor de lo que se pensaba (círculo amarillo)
© Nasa/Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory/Carnegie Institution of Washington
La sonda todavía tiene mucho trabajo para efectuar, lo que hará durante sus próximos sobrevuelos. Messenger, en órbita alrededor del Sol, se aleja actualmente de Mercurio con el fin de reducir su velocidad y efectuará este año otro sobrevuelo, el 6 de octubre. La sonda continuará su curso para un tercer y último sobrevuelo de Mercurio el 29 de septiembre de 2009. Por fin, en marzo del 2011, Messenger se satelizará alrededor del pequeño planeta y podrá escudriñar Mercurio sin interrupción.
- Otras noticias relacionadas.
-- Los perdurables misterios de Mercurio.
-- Mercurio se parece menos a la Luna de lo que se creía
Crédito de las imágenes: NASA/Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory/Carnegie Institution of Washington
No hay comentarios:
Publicar un comentario