Cuando la gente desea ser abierta y honesta, frecuentemente mantiene una o ambas palmas de la mano expuestas a la otra persona al decir algo como “yo no fui”, “lamento si te ofendí” o “estoy diciendo la verdad”. Así es cuando una persona empieza a abrirse y decir la verdad, comienza a exponer más sus palmas.
Cuando los niños ocultan algo, generalmente esconden sus manos detras de su espalda. Similarmente cuando un hombre esconde algo de lo hecho la noche anterior en la salida con sus amigos, guarda sus manos en sus bolsillos.
Los “mentirosos profesionales” tienen la abilidad de generar confianza y acompañar su mentira verbal con la gesticular.
Por otro lado, cuando se dirige la palabra a una persona, la posición de las palmas de la mano pueden transmitir diferentes mensajes. Con la palma hacia abajo, autoridad; con la palma hacia arriba es un gesto de sumisión sin signo amenaza. Un ejemplo de esto es el saludo nazi, el cual si se lo hubiera vistoa Hitler con la palma hacia arriba, no se lo hubiera tomado muy en serio.
La palma cerrada con el dedo apuntando es una suerte de palo con que se lo castiga al oyente. Es el geesto más molesto que se puede hacer para irritar a la contraparte. En algunos paises del sudeste asiático es tomado directamente como un insulto. Estadísticamente analizado, los disertantes que utilizan el dedo tienen menos receptividad que los que no lo hacen y son descriptos como agresivos y beligerantes logrando un bajo nivel de retención por la audiencia.
La utilización del dedo pulgar cerrando la mano en forma de OK, generará un gesto de autoridad no agresiva. Esto es muy usado por políticos y se vió en la última campaña del presidente Obama. La audiencia los describe como juiciosos y focalizados. Es una buena forma de puntualizar cosas y marcar una firme voluntad.
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