4 de mayo de 2008

Evolución y Diseño Inteligente

La reconexión total de las redes de genes de un organismo es posible, hecho que da lugar a nuevas propiedades y aporta pruebas claras que demuestran que la evolución tiene pocas barreras para generar nuevas propiedades.

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Microfotografia electrónica de transmisión en falso color de Escherichia Coli. Foto: Eye of science.

Existe un acalorado debate sobre si los organismos son resultado del diseño inteligente o de la evolución. Los defensores del diseño inteligente creen que el azar y la selección son demasiado casuales y lentos para permitir la aparición de nuevas y complejas propiedades. En concreto, argumentan que los pasos intermedios existentes al modificar los genes para crear algo nuevo posiblemente desorganicen el sistema existente y sean malos para el organismo (a nadie le gustaría tener sólo medio ojo).

El estudio, dirigido por Mark Isalan, jefe del grupo de Ingeniería de Red Génica y Luis Serrano, coordinador del programa de Biología de Sistemas y jefe del grupo de Diseño de Sistemas Biológicos, del Centro de Regulación Genómica en Barcelona, se publica mañana en la prestigiosa revista Nature.

Si bien es cierto que parece increíble que los organismos sean capaces de hacer frente a procesos extremos de mutación y reorganización de genes, en Isalan et al. se muestra precisamente eso. Este trabajo describe un nuevo método que conecta artificialmente las redes de información del genoma de la bacteria Escherichia coli que normalmente no están en contacto. La mayoría de las bacterias no sólo sobreviven con las nuevas redes de transcripción, sino que algunas adquieren nuevas propiedades que las hacen mejores que las bacterias originales en condiciones extremas. Por ejemplo, algunas sobreviven mejor a 50ºC o tienen una media de vida superior después de llegar a la madurez.

Parece pues que los organismos tienen una capacidad innata para permitir la evolución. Esta nueva y revolucionaria metodología abre las puertas a una evolución mucho más rápida que ofrece multitud de nuevos fenotipos o propiedades. Esto se traducirá en aplicaciones útiles en biotecnología, como por ejemplo, en la producción de biofuel a partir de microorganismos más eficientes. Finalmente, la evolución celular de las redes de genes podría permitir la producción de nuevas propiedades en una amplia variedad de células y esto tendría profundas implicaciones para la salud humana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quedáis cordialmente invitados a un debate sobre este tema en el enlace indicado:

¿Evolución, o diseño inteligente? (III): En el “Año de Darwin”

http://lacomunidad.elpais.com/periferia06/posts

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